Ingreso al Museo.
Claude Monet
En 1914 Monet le escribe a su amigo Georges Clemenceau, en ese entonces jefe de gobierno, ofreciéndole la obra que estaba por terminar. Era una forma de participar de la alegría general que vivía Francia tras la Primera Guerra Mundial. La oferta no solo fue aceptada, sino que además, le permitieron diseñar la forma, el volumen, el posicionamiento, ritmo y luz del espacio donde sería expuesta su obra.
Lamentablemente el pintor, quien había quedado ciego, falleció cinco meses antes de la inauguración en 1927. Al inicio se respetó su planteamiento pero, en 1960, tras adquirir la colección de Jean Walter y Paul Guillaume, el museo realiza una serie de reformas obstruyendo la luz natural que tanto quería Monet para su obra.
Pasaron muchos años hasta que la reconocida light designer Anne Bureau, en una última renovación que se dio entre el 2000 y el 2006, lograra devolver la luz natural a los Nenúfares del pintor. Para ello el arquitecto Olivier Brochet, quien dirigió el proyecto, reubicó la colección adquirida en 1960 y juntos idearon un lucernario troncocónico que permite el ingreso de la luz natural.
Maqueta con las reformas del Museo.
El perfecto balance entre la luz solar tamizada por una tela junto a la luz indirecta de lámparas fluorescentes y halógenas, logra una uniformidad excelente que permite ver la obra con la luz con la que se pintó. El resultado es un espacio envolvente, cambiante, que protege la obra de una alta exposición luminosa y que preserva el deseo de su creador.
Una de las salas de los Nenúfares de Monet.
Algunos links de interés:
- Web del Museo de la Orangerie.
- Web de la light designer Anne Bureau.
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