Cuando ingresé a la Facultad de Arte compré mi primera bitácora. Sin grandes explicaciones sobre lo que debía hacer con ella, empecé a usarla. Me acostumbré. Sorprendentemente, años después, haciendo un máster en diseño y producción de espacios, me pidieron retomar la misma dinámica.
Hace poco, haciendo mudanza, me di cuenta de la cantidad de bitácoras que tengo. Son más de 10 años y empiezo a preocuparme por su aumento. No solo por el espacio que ocupan, que por cierto ya no tengo, sino también por la pérdida de ideas, descubrimientos y documentación de un periodo de mi vida en concreto.
Bajo prisma, es una bitácora. Algo distinta a las que hacía sobre iluminación. Una temática que tanto me apasiona y de la cual llevo ya un buen tiempo buscando por trabajo o no, toda clase de información.
Esto es un espacio. Un medio para compartir noticias, entrevistas, artículos e inspiración. Información cuidada, estructurada en secciones, con constancia y dedicación. Que abra interrogantes y que sea opinable, pero sobre todo, que devuelvan el interés que la luz alguna vez nos generó. Creo que ya es hora de darle más importancia. Hay que darle valor.
Si, hay que darle valor.
Mi intención no es vender mis productos, ni lograr enturbiar esta práctica con contenido claramente favorecedor a una casa de iluminación. Tampoco será un monólogo, será más bien una conversación.
Bajo Prisma, no es para expertos, ni para intelectuales. Es para cualquier curioso que busque información o inspiración. Estoy segura que todas las miradas que me acompañen harán que este blog se enriquezca y amplíe su visión.
Con mucha ilusión, empiezo hoy un nuevo año, una nueva etapa y un nuevo proyecto que comparte esa magia, bajo mi prisma, que tiene la iluminación.
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